En una actuación dominante, la defensa de los Philadelphia Eagles, liderada por Cooper DeJean y Josh Sweat, detuvo a Patrick Mahomes y los Kansas City Chiefs, y ganó el Super Bowl 40-22. DeJean anotó un touchdown el día de su cumpleaños, y Sweat acosó a Mahomes durante todo el juego. Jalen Hurts ganó el premio al Jugador Más Valioso del Super Bowl con dos pases de touchdown y un touchdown terrestre. La defensa de los Eagles, orquestada por Vic Fangio, fue implacable, capturando a Mahomes seis veces y forzando pérdidas de balónes.

El juego comenzó con los Eagles tomando una ventaja temprana, con Saquon Barkley contribuyendo a un touchdown en el primer cuarto. La defensa continuó presionando a Mahomes, lo que resultó en una intercepción de DeJean. Los Eagles construyeron una ventaja imponente de 24-0 al medio tiempo, y Hurts amplió la ventaja con un pase de touchdown a DeVonta Smith en el tercer cuarto. Los Chiefs tuvieron problemas a la ofensiva, con Travis Kelce sin poder atrapar un pase hasta finales del tercer cuarto. Mahomes, que tenía un sólido historial contra las defensas de Fangio, fue controlado y lanzó su primera intercepción en playoffs en 21 juegos.

Los Chiefs intentaron una remontada tardía, con Mahomes lanzando varios pases de touchdown, pero fue demasiado tarde. La defensa de los Eagles aseguró la victoria, evitando que los Chiefs lograran su tercer campeonato consecutivo. El entrenador de los Eagles, Nick Sirianni, elogió el desempeño completo de su equipo y enfatizó su enfoque en ganar. La victoria silenció a los críticos de Sirianni y solidificó su historial como entrenador. La sólida actuación defensiva de los Eagles y la actuación de MVP de Hurts los llevaron a Philadelphia a conseguir su segundo título de Super Bowl.